Cada día me gusta más hacer pan en casa. Y a pesar de la creencia, no es tan difícil como me creía al principio. Es cierto que hay que saber muchas cosas para hacer un buen pan, bonito, dorado, crujiente por fuera, aromático, que no endurezca rápidamente, etc.. etc...
Pero hacer un pan básico, sin muchos ingredientes, se puede hacer y siguiendo unos sencillos pasos, no resulta tan complicado. Y no vamos a utilizar amasadores ni nada. A mano, como antiguamente.
Ingredientes:
400 gramos de harina de fuerza
- 5 g de levadura seca de panadería
- una cucharadita y media de sal
- 100 ml de agua
- 150 g de calabacín
- una cucharadita de AOVE
- Opcional: Una cucharada de semillas de lino dorado tostado.
Preparación:
- Limpia y pela el calabacín. Trocea menudo.
- En un cazo echa un poco de agua y cuece los trozos del calabacín hasta que estén transparentes. Retira el agua que sobre y deja enfriar ambos, agua y calabacín.
- En un bol tamiza la harina, echa la sal y el calabacín, y 50 ml de agua tibia. Amasa
- El caldo de haber cocido el calabacín mídelo y si llega a los 50 ml añádele la levadura y deja reposar 5 m. Si no fuera bastante, añade más agua hasta alcanzar la medida necesaria.
- Pasado el tiempo de reposo incorpora y amasa de nuevo, si ves que falta harina o líquido añádelo, hasta que la masa se pueda manejar bien y hacer la bola.
- Deja en el bol tapado con un paño húmedo o film transparente y deja una hora .
- Amasa de nuevo y dale la forma del pan, o redondo o un poco alargado. Hazle unos cortes por arriba y tapa de nuevo otra media hora.
- Espolvorea algo de harina y mete en el horno precalentado a 220º durante 35 minutos, a una altura media baja.
- Dale golpes secos a la parte de abajo del pan, al culo del pan, ¡vamos! y si suena a hueco el pan estará listo.