CALENTANDO MOTORES Y BOMBONES DE LICOR

Ya huele a otoño, y el otoño lleva al invierno, y el invierno también huele, y lo hace con fuerza: dulces típicos de fiestas que se avecinan, regalos, reuniones familiares y con amigos, fiestas....

En las casas, donde se celebra la Navidad, huele a canela  y azúcar; a licor y almendras, a especies, a carnes asadas, a pescados elaborados con esmero. Huele a pan recién hecho, a sabrosos caldos que servirán como base o plato principal, a frutas bañadas en chocolate. A chocolate. ¡ah, ah, ah..., huele a chocolate!

¡Ya decía yo...

Pero oye, que a mí me huele ya... que no espero a la Navidad.

Sólo o con leche. Relleno de sí mismo o aromático acompañante de cualquier delicia.  Suave o crujiente. Que se derrita en la boca o que cruja bajo los dientes. Desnudo o vestido.

Placer privado o en compañía. Alimento para deportistas. Alimento para nostálgicos y enamorados.

Un placer irresistible, que a veces crea sentimientos de culpabilidad, pero que te hace soñar.

Y como sigo experimentando, aquí están estos bombones, elaborados con los nuevos moldes que encontré el otro día.  ¡Me encantan!

Ingredientes:

• Una tableta de chocolate negro de cobertura, (250 gramos),
• 150 gramos de chocolate blanco,
• 40 gramos de manteca de cacao,
• Una cucharada de ron, o coñac,
• avellanas, galletas, plátano,
• Moldes para bombones de silicona.

Preparación:

• En un cazo al baño maría, echa dos terceras partes del chocolate negro y 50 gramos de manteca de cacao,
• Derrite con el fuego lento, hasta que alcance una temperatura, aproximadamente, de 50º (un poco antes de que se derrita todo el chocolate),
• Añade la otra parte del chocolate reservado, y enfría hasta 28º, aproximadamente,
• Vuelve a poner en el fuego al baño maría, y atempera a 30º.
• Todo esto, si tienes termómetro. Si no, no te preocupes, no lo dejes que se derrita completamente al principio, echa el chocolate para enfriar y remueve bien hasta que ambos se derritan, y ponlo de nuevo al fuego unos segundos.
• Rellena los moldes y da vueltas para que el chocolate bañe todas las paredes,
• Reserva una parte para el relleno,
• Vuelca y deja boca abajo sobre una rejilla y una bandeja. Mete en el frigorífico,
• Mientras prepara el relleno,
• Saca el chocolate negro y echa en un vaso,
• Sin limpiar los restos del chocolate, echa el chocolate blanco con el resto de la manteca de cacao y remueve. Cogerá un color más oscurito,
• Derrite al baño maría, y echa el licar (aquí puedes separar el chocolate y en uno poner ron, y en el otro coñac),
• Cuando eches el líquido verás que el chocolate endurece. NO te preocupes. Es normal. En este caso es lo que pretendemos. En otro caso, si le cae líquido, lo estropeas, sobre todo si quieres utilizarlo para cobertura.
• Rellena los moldes sin llegar al final. En unos metes una avellana, en otros pones, antes de echar el relleno, un trocito de plátano, galletas estrujadas, etc.
• Mete de nuevo en el frigorífico.
• Mientras se termina de endurecer, puedes aprovechar para ir recogiendo lo que has dejado por la mesa de trabajo, y derritiendo de nuevo el chocolate que habíamos reservado,
• Una vez que el relleno ha solidificado un poco, tapa con el chocolate derretido, y deja en el frigorífico dos o tres horas y estará listo para desmoldar y servir.

• Puedes adornar los bombones a tu gusto. Echa primero unas gotas de un chocolate, deja enfriar, y añade el resto, y luego continua con el proceso. 
• Te aconsejo que a la hora de comer los bombones, los saques un ratito antes del frigorífico. Ganarán en sabor.