Ando ahora inmersa en fondant, galletas, magdalenas y otras exquisiteces. Siempre aprendiendo, siempre renovando, siempre liada, ¡vamos, que no paro!.
Mi primo David y Loli su mujer, que viven en Torredelcampo, Jaén, vieron lo que hacía con el fondant, y les llamó mucho la atención. Tanto que comentaron que les gustaría que les enseñara lo que sabía. Aproveché entonces unas minivacaciones y viajé hasta Jaén. Un viaje que me vino de maravilla, porque así conocería en persona a Lola Romero, de la Cadena Ser de Jaén, a quien prometí que visitaría en cuanto pudiera, y también vería a mi familia, que me apetecía mucho.
Y regresar de nuevo a Jaén, andar por sus calles, respirar el aire, recordar los lugares donde me crié, los olores y sabores, era algo que me rondaba hacía tiempo; creo que lo necesitaba.
Cargada con un equipo "casi profesional" de todos los artilugios necesarios para trabajar con el fondant, en un bolso que preparé sólo para eso, me dispuse a viajar. Y como me ilusiono con cualquier cosita, iba yo más contenta con mi maleta (necesaria cuando se viaja), mi cámara de fotos (compañera inseparable) y mi "maletín de aficionada". Nuevecito, lo miraba, lo cambiaba de sitio, lo volvía a mirar...jajajaj. Hasta la etiqueta con el precio la tenía aún puesta.
Mi idea era hacer galletas, cupcakes y una tarta.
Y el día 26 mis tíos me llevaron donde estaban mis primos. Un lugar tranquilo, en mitad del campo rodeado de árboles, muchos pájaros, y dos niños pequeños, David y Daniel. Hacía fresquito y no teníamos ni internet, ni cobertura en el móvil. Un plan perfecto para dejar volar la creatividad en un ambiente calmado.
Abrí mi maletín y comenzaron a salir estecas, texturizadores, moldes de galletas, fondant, colorantes, rodillos... La mesa se llenó de cachivaches, jejeje.
Y entonces, llegó una familia que eran amigos de mis primos, con dos niños, Manuel y Álvaro.
¡Bien, vale -me dije- no pasa nada!
Al rato llegó otra familia con otra chiquilla, Maribel.
¡Bien, no pasa nada, seguimos con la idea de hacer galletas!
Y un poco más tarde, un familiar de mis primos, con otra adorable chiquilla, Alejandra.
¡Vale, bien, seis niños, diez adultos! jajaja. Al principio mi cara era de "chiste". Algo así como:
- ¿qué pasa aquí? ¡cuánta gente! ¡madre mía! ¿ahora qué hago? ¿cómo enseño yo algo que no domino muy bien, pero que parece que sí? jajajja.
Pero Mª Ángeles es muy valiente, y ya no puede echarse atrás.Hay que tirar hacia delante, sea como sea.
Mi chip cambia rápidamente, y me imaginé que era una profesora experimentada en estas lides, que tenía ante mí un taller infantil de galletas, y que mis alumnos y alumnas esperaban impacientes a que les hiciera las galletas de Bob Esponja y unos lindos vestidos, jajajja. Aquí me acordé inmediatamente de mis amigos,
Mariló Flores, y de
Jose y Pili... y les pedía ¡AUXILIO, mentalmente!. Ahí estaba yo, sola ante el peligro.
Pero lo mejor de todo: las caras. Sorpresa, ya que no esperaban encontrarse con esto. Admiración, porque me veían como alguien que iba a hacer dulces, y creo que también como un ídolo o algo así!
De hecho hubo varios detalles que se me grabaron y me gustaron mucho.
Los niños de mis primos, son pequeños, pero tienen unas conversaciones muy inteligentes y son muy graciosos.
David de cinco años, rubio, ojos azules, y una cara de pillo que no puede con ella, recibió a sus amigos Manuel y Álvaro, contándoles que yo iba a hacer galletas, magdalenas.... Estaban los cuatro juntos, y los escuchaba hablar sobre mí. Ojos grandes bien abiertos, sonrisas. En un momento que salí al porche, pillé a David que le dijo a Manuel:
- ¡es que Mª Ángeles es pastelera! jajaj.
¡qué bonito! Pastelera, aún lo recuerdo y sonrío.
Y durante la mañana, en una de mis salidas al porche, me encontré con Manuel, un niño moreno, con unos ojos redondos bien grandes y muy negros también, simpaticote, que me dijo: ¡Mª Ángeles, ¿tú puedes hacerme un pastel de chocolate?". jajajaj, es que me parto. ¡claro, si soy pastelera, pues puedo hacerle un pastel de chocolate! jajaj, le dije que hoy no, que haríamos otros dulces con los cuales se divertiría más.
Después de haber elegido las galletas que querían hacer, horneamos, y tras el enfriado correpondiente, a trabajar con el fondant. Os podéis imaginar la tarea. Nadie de la reunión sabía qué era aquello, a qué sabía, cómo se utilizaba, con qué. ¿se comían los rotuladores? y¿el pegamento? ¡qué raro es todo esto, pero qué bonito y divertido!
A la hora de decorar, y tras varias explicaciones, preguntas y respuestas, animé a las madres y padres a que salieran al porche a tomar el sol, y a refrescarse con un tinto de verano,o una cervecita. Llamé al personal de menos edad, y cada uno de ellos decoró su galleta. ¡Cuánto entusiasmo!
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En fila, tras las galletas, esperando su turno para recogerla. Por estatura, Maribel, Manuel, Alejandra, David, Álvaro y Daniel. |
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Al finalizar, teníamos una bandeja llena de coloridos vestidos, sonrisas y BoB Esponja. No me pude traer más moldes, que si no vendría más cargada. ¡ah, había una Dora Exploradora, que el chiquitín de mi primo es fan incondicional y yo no tenía ni idea! Mi primo se encargó de caracterizarla, y lo hizo muy bien.
Al día siguiente decoramos la tarta (el bizcocho fue lo primero que hicimos) y las minimagdalenas.
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Cada cual con su galleta. |
La misma noche del jueves, tras la cena, estuvimos en el porche charlando y tomando el fresquito. Me senté en el escalón y Alejandra, Manuel, Álvaro y David me hicieron compañía. Me contaban chistes que ellos mismos inventaban, historias, y hasta recetas. Fue muy, muy divertido.
Alejandra me estuvo dando la receta de la granizada de sandía y de la pizza de Hello Kity. Con ocho años, al igual que Manuel, Alejandra es una encantadora niña rubia, que me contaba muchas cosas, con un acento muy dulce. Me encanta tratar con gente así, que a pesar de su corta edad, te pueden enseñar tanto, y que al mismo tiempo, se emocionan con las pequeñas cosas y le dan valor a lo que realmente importa. Yo creo que me llevo tan bien con los niños y niñas, porque también me emociono con las cosas pequeñas, también disfruto con los detalles más insignificantes, pero los que llegan al corazón, con un chiste que no tiene gracia, pero que cuando ves sus caritas te tienes que reír a la fuerza, porque ponen todo su empeño; con una receta de granizada que se mete al horno (mezcló dos recetas, aunque finalmente rectificó, mientras esbozaba una sonrisa inocente, sanota, sin mayor problema); con el simple hecho de prestarles atención, de mantener una conversación, de escucharles.... Pasé un rato muy, muy agradable con su compañía. Los más pequeños, como Álvaro y David, correteaban a mi alrededor y de vez en cuando, se empujaban, a ver quién me contaba el mejor chiste, o quién lo hacía antes.
Minimagdalenas decoradas
Tarta, bizcocho de vainilla
y relleno de mermelada
de mango
David también me preguntó, muy, muy interesado, si yo era "
profesionista de pasteles". Después me dijo Loli que en clase están dando las distintas profesiones. Entonces entendí la pregunta, que tambén me resultó muy simpática.
El viaje a Jaén se completó con una visita a Jabalcuz, a mis tíos Angelita y Paco, Manolo y Ana, y mi tío Miguel. Allí vi a mi prima Africa, otra bloguera cocinera con un excelente blog que comparte con su amiga Loli,
MI ALACENA; mi prima Celia, que también es un encanto, y muchos primos pequeños que correteaban por el campo jugando..
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Estas galletas las hicimos entre mi tía Angelita y yo. Trabajando en cadena, y con todo medio organizado, se hacen unas galletas en poco tiempo. |
Y como colofón de oro, mientras paraba en casa de mi tía Angelita, la hermana de mi madre, he disfrutado de las mejores vistas que puedo tener mientras estoy en Jaén, las de la catedral.
Frente a su casa hay unos preciosos jardines que dejan ver ese majestuoso edificio. Por las noches antes de irme a dormir, iluminada, frente a mí. No podía dejar de mirar. Me atrae. Y por las mañanas, antes de desayunar, me asomaba de nuevo, con el frescor de la mañana, a contemplarla, más iluminada y con más detalles, entre las ramas de los árboles. ¡Impresionante! Y alguna que otra ardilla que correteaba de un árbol a otro.
Andar por Jaén es lo que más me gusta. Ver las tiendas que aún existen después de tantos años, como donde me compré mi vestido de novia. Que tiene su historia, no creáis. O ver a mi amiga Carmen Rueda, a quien conocí a través del facebook, y a quien ya conozco en persona. Otra encantadora razón para visitar Jaén más a menudo. Nos tomamos un batido helado que me supo a gloria.
Y aquí testimonio gráfico de mis "talleres de galletas y fondant", y de mi visita a Jaén, de donde mievine con mi título de "
PASTELERA" osea "
PROFESIONISTA DE PASTELES". Todo un honor.
A la Dcha: Pájaros que cría mi primo. Uno de ellos fue campeón del mundo. ¡Me parece que me dijo eso, es que tengo muy mala memoria!
A la izq.: Mis tíos Pepe y Prudencio, jugando al 4 en línea.Yo jugué con mi tía y gané, jajaj, fue divertido también.
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Pipirrana al estilo de Jaén que hicieron mis tíos Pepe y Ángelita. ¡qué rica! |
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Pozo en la casa. |
El campo, donde fui a pasear muy temprano buscando ardillas y jabalíes. Se ve que aún dormían, porque no vi a nadie. Sólo escuchaba pájaros, de muchas especies.
La noche del jueves terminó contándome mi primo una preciosa y enternecedora historia de una persona que vivió en casa de los abuelos de Loli, en Torredelcampo, durante la guerra, y que murió allí. Nadie supo de su familia, ni su familia qué fue de él. Al cabo de muchos años, dieron con los familiares y hubo un encuentro entre familias muy emotivo. Mientras atendía emocionada yo también, me bebí un "mojito", creo que el segundo en toda mi vida.
La tienda donde compré mi vestido de novia, hace
casi 28 años. ¡Sigue igual!
Una tienda en la que nunca hubiera pensado que entraría, y en la que creo que no entraría nunca más. Pero de donde me traje mi vestido de novia. ¡Lo que son las cosas!.
ANÉCDOTA: Además de las anécdotas de lo que viví con los niños y las niñas, ocurrió algo en el viaje.
Cuando llegué a Jaén hacía muchísima calor, aunque ya atardecía. Desde la estación de autobuses hasta la casa de mi tía hay un camino de cuestas, y calles empedradas, y yo iba cargada y cansada. Cogí un taxi, y llevaba una cajita con ocho o diez minimagdalenas decoradas para mi tía. Al salir del taxi, la cajita se quedó dentro. Me dio mucha pena, porque tenía ilusión de que mi tía los probara. Aunque deseé que se hombre hiciera buen uso de los dulces.
Aquí hay parte del motín entregado al taxista.
RESUMEN DEL VIAJE:
Unos días intensos y muy bien aprovechados. Una vuelta al pasado, pero en el presente. REencuentro con amistades. Presentaciones. ¡ah, también conocí a una amiga de mi amiga que ha puesto una tienda de repostería en la Pza.de San Idelfonso. Muy bonita. He visto a mi tío Manolo, el hermano de mi madre, que lo han operado hace pocos días, y se alegró mucho de verme. Fui una sorpresa para él. A mi tía Mercedes, Manuel Carlos y Ana. También apareció mi prima Ana Maria.
Después a mis tios, de la familia de mi padre, que también se alegraron de verme y yo de verlos a ellos y estar con parte de mis primos. Una mención especial a Laura, la hija de mi primo Juan Francisco, que está muy grande, y es una niña encantadora. Me invitó a un crepe con nocilla que había hecho esa misma tarde. Tengo una carta de ella guardada muy bonita. Cuando la conocí, supe que le gustaba mucho leer, y la poesía, y que también escribía. ¡Eso me encantó!
Y los días que pasé en el campo han sido muy especiales, y simpáticos. He disfrutado del fresquito de Jaén, del cielo estrellado por las noches, de la familia, historias interesantes, he aprendido a preparar el jabón de una forma mucho más fácil (de eso se encargó mi tío Prudencio de 87 años), y el contacto con el mundo infantil ha sido genial.
¡Y eso es todo por hoy!´
Sed felices, aunque sea con las cosas pequeñas. Eso nos hará grandes.