Pela y corta las patatas como quieras (alargadas, a cuadraditos). Échalas en un cuenco, y cúbrelas con un vaso de cerveza o dos (según la cantidad de patatas). Déjalas un rato. Escúrrelas muy bien, échales la sal y fríelas en abundante aceite muy caliente, en la sartén o en la freidora.
Les da un sabor muy especial. Y para hacerlas más crujientes, las fríes. Las escurres, y cuando pase un ratito, las vuelves a poner en la freidora o en la sartén, sin haber bajado la temperatura y las terminas de hacer,
Verás el resultado. Te soprenderá.
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