A quienes nos gusta cocinar, tenemos un problema.
Al menos yo lo tengo..., que se nos antoja todo. Que vemos un postre precioso en una revista, y si encima es de un producto que nos chifle, no paramos hasta hacerlo.
Que estamos en la cocina preparando la cena y vemos un plátano medio pocho, y ¡claro! por no tirarlo, pensamos: ¿y si lo echo al batido de...., y le pongo una pizquita de....., y decoro con otro poquito de....?
¡total! que a veces el reciclar un producto que se estaba estropeando y preparar un plato, te lleva a buscar otros ingredientes que necesitas para parepararlo, ya, en condiciones.
¡Ahora! el colmo es que hagas todo esto, que te ilusiones y luego no salga como está en la revista, o no te guste tanto como parecía que iba a hacerlo. ¡Eso pasa!
En lo de que el plato me guste más o menos no tengo problema, porque las comidas que hago que se me antojan, suelo acertar, porque al ver los ingredientes que lleva, más o menos reconoces a qué te puede saber ese plato cuando esté terminado; y además, que siempre, se copie o no, terminas echándole más cebolla si es lo que te gusta, o no le pones mejillones a otro que no los soportas, aunque la receta lo diga. ¡Eso es así!
Ahora, en el aspecto del plato, eso ya es otra cosa. A veces, por muchas veces que lo haga, y respetando cada paso al dedillo, aquello no sale ni parecido a lo que pone en la foto, y decepciona.
Ya me he enterado que hay quien falsea ese aspecto, osea, que no es lo que te dicen que es... que es una falsa, la foto, digo...
¡Hay que ver lo que me he enrollado para deciros que se me antojaron hacer unas torrijas que ví en la revista POSTRES. Yo ya he aportado algo más, y aunque el resultado estético no es el mismo que el de la foto, el sabor sí que me ha gustado mucho.
En realidad, ha sido un batiburrillo de ingredientes, que creo que le podían ir bien... colorante con sabor, a red velvet (que si te digo la verdad no sé muy bien a qué sabe, pero entre cacao, fruto rojo... no sé); el sabor inconfundible y refrescante de la frambuesa, y el toque del licor de la fresa...
¡Nada, nada, todo malísimo, jejejejej.
Para prepararlas, lo hice así:
Ingredientes:
- Una barra de pan de al menos con dos días de antelación, para que el pan esté asentado, y absorba mejor la leche. En esta ocasión, el pan se hizo expresamente para hacer torrijas
- Una pizca de colorante alimentario, en este caso eché mano de un bote de Red Velvet Bakery Emulsión, que tenía en casa.
- 100 de azúcar,
- 100 g. de frambuesas
- 2 huevos tamaño L, o tres más pequeños
- Medio vaso de Lascas de Pedernal Dulcemente Fresa, si pinchas en este enlace sabrás más de esta joven bodega que elabora sus propios vinos, y que en pocos años que lleva comercializando, han alcanzado a tener más de 19 productos.
500 ml de leche (1/2 litro) - 25g. de mantequilla, o un aceite de oliva virgen extra de la variedad arbequina, que le va muy bien a los dulces,
- 50 g. de chocolate blanco
Preparación:
- En un cuenco prepara la mitad del azúcar con unas gotas de colorante alimentario rojo. Con eso sería suficiente, porque lo que se pretende es darle color al rebozado de las torrijas. Pero si además le aportas sabor, el sabor del REd Velvet, supongo que ganará algo más. Para dar color homogéneo al azúcar, o mezclas con unas varillas manuales, o en una bolsa de plástico pones el azúcar y el colorante, y al cerrarla lo vas mezclando con las manos y se va coloreando de forma homogénea.
- Lava y seca las frambuesas, pero deja algunas para la decoración del plato.
- Calienta la leche con el resto del azúcar, hasta que comience a hervir, mezclando bien.
- Deja templar un poco, y bate con las frambuesas y las yemas.
- Corta el pan en rebanadas, y baña con el batido de frambuesas y huevos, y en una sartén con la mantequilla o el aceite, fríe por ambos lados.
- Retira y deja escurrir sobre papel de cocina, y cuando ya estén frías, reboza con el azúcar coloreado.
- Y tal cual viene en la revista (¡para qué voy a cambiar, si sé que me va a gustar así!), decora con hilos de chocolate blanco derretido al microondas (con cuidado que no se te queme, que el chocolate blanco es muy delicado).
- Y termina con las frambuesas que habías reservado al principio.
Nota final:
Antes de publicar la receta, me da por preguntar al San Google, qué otras recetas de torrijas iguales encuentro, Y sí, he encontrado, y en algunas de ellas dice que la receta original es de Miguel Ángel Castillo, del blog Cocina Creativa.
Yo no sé si es verdad o no que sea suya, porque la saqué de la REvista Postres, que no suele poner de quién es la receta. Pero por si acaso, aquí lo pongo también. La verdad es que está riquísima.
2 comentarios:
Hola!! No sé si a alguien se le habrá ocurrido hacerlas antes, pero al menos sí que no hay nada anterior registrado en la red que yo haya leído, no sé de qué fecha será tu revista, pero la publicación mía es de hace 5 años. Te ha quedado GEEENIAL! Mi mas sincera enhorabuena!! Dejo aquí el enlace directo a la única publicación que les envié mi versión con frambuesa LYO por si a alguien le interesa. Como te digo, no gano ni un duro con mi blog, ni me interesa, trabajo en otras cosas. Pero sí me importa que quien quiera disfrutar de la gastronomía tenga opciones para hacerlo. Un saludo y sigue así!
https://gastronomiaycia.republica.com/2012/04/09/hoy-cocinas-tu-torrijas-de-frambuesa-con-chocolate-blanco/
Sea quien tuviera la genial idea de ésta receta de torrijas.....tu la has bordado!!!!
Y es lo que nunca me canso de decirte: lo tuyo es arte con la pasteleria, con los chocolates....pura dulzura que transmite en todo lo que preparas.
Las torrijas tienen que estar´de muerte relenta con ése toque de ése vino que aún no he probado a pesar de ser malagueño.....y tiene que ser por lo tanto "exquisito".
Y me pasa como a ti....suelo poner siempre de donde saco ,copio o aprendo la receta.
Y lo de las fotos, no me extraña, con tanto photoshop, cámaras super, programas que te "retocan" y son capaces hasta de cambiar los ingredientes....no me extraña lo más minimo. Pero tus fotos como tienen que ser, naturales como la vida misma.
Besos y que pases unos fantásticos dias de Semana Santa.
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