- 1 litro de leche,
- 3 yemas de huevo,
- 1 huevo entero,
- 1 rama de canela,
- 6 cucharadas soperas de azúcar,
- 1 trozo de piel de limón,
- 3 cucharadas de harina de maiz (maicena) o de harina de repostería, colmadas.
Preparación:
- Pon la leche en un cazo (reserva ½ vaso de leche fría) con la canela, la piel de limón y el azúcar.
- Deja hervir durante unos 10 minutos, para que tome el sabor de la canela y el limón, y se deshaga bien el azúcar, removiendo continuamente.
- Aparte, en el vaso de leche fría, echa la maicena, y las tres yemas de huevo y el huevo, ya batidos. Mezcla muy bien.
- Cuela la leche para que no queden trocitos de la canela; cuela también la mezcla de la maicena con las yemas del huevo y añádelo a la leche caliente.
- Mueve sin parar con una cuchara de madera para que no salgan grumos. Si ocurre esto, pasa la batidora. Mueve hasta que espese.
- Coloca la preparación en cuencos, o vasitos anchos, o incluso en platos hondos. Adorna con una galleta, tipo María, y con azúcar y canela, o sólo con canela.
(1) Aunque se desconoce el origen exacto de las natillas, una idea bastante extendida es la que sitúa su nacimiento en los conventos a lo largo de Europa aunque se desconoce una fecha siquiera orientativa. Esta teoría presenta coherencia debido a la naturaleza sencilla de su elaboración, su reducido coste económico y su riqueza alimentaria basada en grasas animales y proteínas al contener huevos y leche. Por todo esto, constituiría un plato idóneo para los conventos, donde siempre ha existido cierta potenciación en el desarrollo de la cocina dulce a la par de cierta cultura de austeridad que potenciaba la sobriedad en el yantar, lo que derivaba en el másimo aprovechamiento posible de los alimentos y sus recetas en pos de platos sencillos pero alimentariamente completos.
1 comentario:
Muchas gracias por el enlace. Tienen que estar muy ricas, si es que todo lo que preparan las mamis...ya se sabe, jeje
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