- 8 calamares[1]
- ¼ de carne picada (cerdo y ternera)
- 2 dientes de ajo
- 1 manojo de perejil
- 1 huevo
- 1 manzana
- ½ cebolla
- aceite de oliva, 1 vaso pequeño de vino blanco y sal.
- Harina y aceite para freir los calamares.
- Un puñado de almendras
Preparación:
- Pelarlos dientes de ajo, machaca en un mortero con el perejil y la sal.
- Une con el huevo batido y la carne picada, y las aletas y tentáculos picados.
- Mientras, pica la cebolla y la manzana a trocitos pequeños, dora en el aceite en una cacerola, y echa una cucharadita pequeña de tomate natural triturado.
- Tuesta ligeramente las almendras y bate con el agua y el vino.
- Cuando haya cogido un poco de color, sin que se queme, añade el vino blanco, con el agua y las almendras.
Deja hervir durante unos 5 minutos.
- Termina echando los calamares, y deja otros diez minutos, si es necesario, añade más agua y prueba de sal.
[1] El calamar es un cefalópodo rico en proteínas y de bajo contenido en grasa. La mayor parte de esta grasa es de tipo Omega3 (como el pescado azul y algunos frutos secos como la nuez), que se le atribuyen propiedades beneficiosas para la salud cardiovascular. Contiene calcio y hierro, y vitaminas del complejo B.
La salsa elaborada a partir de vegetales como la cebolla y el tomate, combina a la perfección con el sabor suave de los calamares, y además aporta al plato una ración considerable de sustancias antioxidantes y vitaminas
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